
¿Buena o mala combinación? Estudio revela vínculos entre la depresión y el alto consumo de cafeína

Una investigación reciente publicada por la revista Complex Psychiatry de la editorial Karger, informó que las personas depresivas o con antecedentes de depresión y que presentan niveles más altos de angustia psicológica, son más propensas a consumir altas cantidades de cafeína a través de refrescos, café, bebidas energéticas, entre otros alimentos.
El estudio, que buscó determinar la relación entre la depresión, el insomnio, la angustia psicológica y el consumo de cafeína, concluyó que las diferencias genéticas entre las personas con esta condición están directamente asociadas a la cantidad de cafeína que consumen a diario y a lo sensibles que son a los efectos de la bebida.
"El insomnio, la fatiga y la falta de motivación son síntomas comunes de depresión y hay evidencia que sugiere que los individuos con depresión pueden automedicarse con cafeína para combatir tales experiencias. El consumo de cafeína es mayor en las poblaciones de salud mental clínica en comparación con la población general, con mayor consumo entre aquellos que han experimentado síntomas depresivos", dice la investigación.

Por ejemplo, se evidenció que los individuos depresivos con metabolismo más rápido pueden tomar más cafeína para mantener su nivel de alerta, mientras que los metabolizadores más lentos pueden consumir menos el estimulante psicoactivo.
La investigación señala, además, que aunque las personas que bebieron más cantidades de cafeína al día eran las más angustiadas, su sueño no se vio afectado. Mientras que otras personas que tomaron menos cantidad del estimulante, sí notaron cambios al momento de dormir.
Sin embargo, los investigadores indicaron que no pudieron determinar si el alto consumo de cafeína generaba más angustia en las personas con depresión, o si por el contrario estos individuos recurrían al consumo para bajar sus niveles de ansiedad o mejorar momentos de fatiga o estrés.
Relación con la "angustia mental"
El informe también indica que en la población deprimida o con antecedentes de depresión, el insomnio "no es el mecanismo clave por el cual interactúan la cafeína y la angustia mental", sino la predisposición de las personas que sufren de "trastornos".
Por ello, los investigadores consideran que el consumo de cafeína puede ser "un factor de riesgo modificable" y dependerá de la persona que la tome, porque podría reducir la angustia en individuos con problemas de salud mental o aumentarla, particularmente en "las personas susceptibles" al estimulante, a la ansiedad o al estrés.
"Los hallazgos del estudio son consistentes con la hipótesis de que los individuos que experimentan sufrimiento psicológico utilizan más cafeína, tal vez para automedicarse. Sin embargo, no está claro hasta qué punto la automedicación es eficaz o exacerba la angustia psicológica", agrega la investigación.
Población más susceptible
La investigación, que utilizó datos transversales de más de 11.000 adultos proporcionados por el Estudio Australiano de Genética de la Depresión, también intentó descubrir los efectos que causaría la cafeína en la población más joven que sufre depresión, debido a que cada vez es más comercializada y consumida por ese sector poblacional.
Precisamente esa población joven, que suele considerar a la cafeína como "segura", podría estar expuesta a los efectos de insomnio que genera el estimulante, cuestión que influiría en los trastornos depresivos y problemas de salud mental que vienen en aumento, debido a la creciente falta de sueño y dificultades para dormir que tienen las personas.
Harry McIntosh, estudiante de doctorado en la Universidad de Queensland y uno de los autores del estudio, dijo a PsyPost sobre la investigación, que el consumo de cafeína más alto se asoció con niveles más altos de estrés en las personas, independientemente de la calidad de su sueño.
McIntosh indicó que el estudio no es definitivo porque se fundamentó en personas con antecedentes de depresión. Esto significa, según el investigador, que los resultados no pueden aplicarse a la población general, especialmente en aquellos que no tienen alguna condición de salud mental.
La depresión también conocida como trastorno depresivo mayor, es una enfermedad mental grave que va más allá de una tristeza pasajera. Se caracteriza por un sentimiento persistente de tristeza y una marcada pérdida de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban. Esta condición afecta la interacción social y la vida diaria, y debe ser tratada por especialistas.
