Una prueba de ADN reúne a dos hermanos de distintos países fruto de una historia de amor de la Segunda Guerra Mundial

André Gantois, un francés de 73 años que pasó décadas intentando saber quién había sido su padre, nunca imaginó que la búsqueda llegaría a su fin gracias a una feliz e inesperada coincidencia, y que además descubriría que tenía toda una familia en otro país.

Gantois, un empleado de correos retirado, había perdido toda esperanza. Cuando era un niño, su familia le dijo que su padre había sido asesinado en la guerra de Indochina en Vietnam en 1946, año en que había nacido. Sin embargo, a los 15 años y luego de que su madre falleciera, su abuela le confesó que en realidad su progenitor era un estadounidense que había combatido en la Segunda Guerra Mundial.

Tras casarse, André se empecinó en averiguar más al respecto. Visitó las oficinas de Estados Unidos en Francia pero sin resultado alguno, pues requería pruebas de algún parentesco y él no contaba ni siquiera con una.

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"No tenía un nombre, nada que seguir. [André] Me dijo: 'Moriré sin saber nunca quién era [mi padre]'", relató a AP Rosine, esposa de André, quien confesó que este asunto era un "gran agujero" en la vida de su marido.

Cuando todo parecía un callejón sin salida, el pasado mes de junio la nuera de septuagenario le propuso hacerse una prueba de ADN. Semanas más tarde los resultados no solo revelaron la identidad de su padre, sino que además le permitieron descubrir que tenía un hermano y una hermana en Estados Unidos.

Su progenitor había sido Wilburn 'Bill' Henderson, un soldado de infantería que había llegado a Francia luego del histórico desembarco en Normandía de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, el 6 de junio de 1944. En los últimos meses de conflicto, Henderson conoció a la madre de André, Irene Gantois. Después de la rendición alemana en 1945, el norteamericano visitó a la joven francesa, quien aparentemente no le dijo que estaba embarazada, y luego regresó a su país de origen sin saber nunca más de ella.

Un golpe de suerte

André nunca habría podido desentrañar el pasado de su padre de no ser por su medio hermano norteamericano, Allen Henderson, que también había decidido someterse a un estudio genético; aunque solo por capricho y aprovechando una oferta especial para este tipo de exámenes. "Pensé: bueno, sería interesante", señala Henderson, quien vive en Greenville, en el estado de Carolina del Sur.

Casualmente ambos eligieron la misma compañía para las pruebas, lo que permitió descubrir su parentesco. Finalmente, Allen, André y su media hermana Judy se reunieron por primera vez en septiembre de 2018 en Francia. Todos reconocen la suerte que tienen de haberse encontrado y lo afortunado que fue su padre de haber sobrevivido a la guerra.

Henderson, de 65 años, asegura que al ver por primera vez a André supo de inmediato que era su hermano por el sorprendente parecido entre ambos. "André en realidad se parece más a mi padre que yo. Sus modales, su sonrisa, su cara. Siento que estoy hablando con mi papá", afirma.

Gantois está feliz por el afortunado desenlace de su historia, pero siente pena por los que no tienen respuestas. Son muchas las historias de otras familias en los tiempos de la guerra que siguen sin resolverse y con cada año que pasa es menos probable que lleguen a su fin.

"No es fácil vivir con eso. Yo finalmente tuve mis respuestas. Todo el tema ese de mi padre es asunto superado".

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