Aumenta la demanda de petroleros árticos mientras se acerca el invierno y el crudo ruso busca nuevos destinos
Las ventas de buques cisterna de clase ártica se han disparado drásticamente en los últimos meses ante la potencial puesta en marcha de sanciones europeas contra los hidrocarburos rusos.
Entre mayo y agosto, se gastaron cerca de 1.000 millones de dólares en buques cisterna rompehielos, aproximadamente cinco veces la suma del año anterior, informa Bloomberg citando datos de la firma especializada E.A. Gibson Shipbrokers Ltd.
En concreto, se vendieron 42 petroleros árticos de segunda mano en los meses mencionados, a diferencia de los 12 del año anterior.
Su capacidad es de aproximadamente 4 millones de toneladas, principalmente para transporte de crudo. Los compradores de las embarcaciones incluyen a empresas de China y los Emiratos Árabes Unidos, precisó el analista de la empresa, Richard Matthews.
La UE, un gran cliente de hidrocarburos rusos, prohibirá las importaciones marítimas del crudo ruso a partir de diciembre y de los productos de petróleo refinado a partir de febrero del próximo año.
Por esta razón, se espera que Rusia reoriente las exportaciones desde el Báltico hacia la vía marítima del norte para suministrar los productos a clientes asiáticos. Esto crea una mayor demanda de embarcaciones rompehielos en el mercado.
Jens Christophersen, vicepresidente ejecutivo de Hafnia Ltd., uno de los mayores propietarios de petroleros del mundo, admite que "es probable que el mercado sea muy, muy apretado durante el invierno".
"La severidad del invierno dictará la duración de la temporada, pero, en general, se necesitarán petroleros de clase ártica en el primer trimestre", afirmó.
Sanciones y tope a los precios
El 3 de junio, el Consejo de la Unión Europea anunció la adopción de manera oficial de su sexto paquete de sanciones "económicas e individuales" contra Moscú por su operación militar en Ucrania. Se prohíbe el suministro de petróleo y algunos productos derivados del petróleo desde Rusia hacia el bloque comunitario. La medida entra en vigor 6 meses después de la aprobación para el crudo y 8 meses para los productos petrolíferos.
Mientras tanto, las entregas de crudo por oleoductos seguirán excluidas de las restricciones de manera temporal "para aquellos Estados miembros de la UE que, debido a su situación geográfica, sufren de una dependencia específica de los suministros rusos y no tienen opciones alternativas viables", precisó el organismo.
Asimismo, el 2 de septiembre, los ministros de Economía del Grupo de los Siete (G7) —formado por el Reino Unido, EE.UU., Alemania, Italia, Francia, Canadá y Japón— acordaron imponer un tope de precios al petróleo procedente de Rusia. La medida entraría en vigor en línea con los embargos de la Unión Europea: para el crudo a partir del 5 de diciembre y para productos derivados desde el 5 de febrero del próximo año, según lo publicado por el Tesoro estadounidense.
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró el pasado miércoles que Moscú no suministraría sus recursos a otras naciones si esto contradice sus intereses económicos.