Medvédev: El objetivo de EE.UU. es destruir Rusia, pero "no lo permitiremos"
El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, ha declarado en una entrevista exclusiva a RT que el objetivo de EE.UU. es destruir Rusia, pero Moscú no lo permitirá.
Al ser preguntado sobre cuál es el objetivo de EE.UU. en el conflicto en Ucrania, Medvédev respondió que "la destrucción de la Federación de Rusia, o al menos su limitación, su contención". El expresidente ruso agregó que Washington "hace lo mismo con China", pero que "el objetivo final es la destrucción de Rusia como país". "No lo permitiremos", resaltó.
Asimismo, el alto funcionario defendió que EE.UU. debe compensar a Rusia por los daños de la voladura de los gasoductos Nord Stream, así como para la reconstrucción de Artiómovsk, Mariúpol y otros lugares que "fueron destruidos con su ayuda y apoyo, con su dinero".
"No hay nadie con quien hablar"
Según Medvédev, la OTAN "no toma en serio" la posibilidad de un conflicto nuclear, porque "de lo contrario, no estaría suministrando armas tan peligrosas al régimen ucraniano".
"Aparentemente, piensan que un conflicto nuclear [...] es imposible", afirmó, agregando que Occidente "se equivoca". "En algún momento, los acontecimientos pueden dar un giro totalmente imprevisible y la responsabilidad recaería enteramente en la Alianza Atlántica", advirtió.
En este contexto, aseveró que "nadie sabe" cuál es "el punto de inflexión" y "ese es el principal peligro", puesto que Occidente sigue entregando a Kiev armas cada vez más potentes.
Entre otras cosas, Medvédev expresó que los intentos de Moscú de llegar a un acuerdo con Occidente fueron "una pérdida de tiempo". "No estaban dispuestos a dialogar", lamentó.
"Son personas patéticas y miserables", dijo en referencia a una cita de la novela 'El becerro de oro', de los escritores Ilf y Petrov. El alto funcionario considera que Occidente "no quiere la paz, quiere la guerra, no quiere la cooperación, quiere la confrontación e intenta por todos los medios socavar" Rusia.
En estas circunstancias, "no hay nadie con quien hablar" en Occidente, concluyó.