
Alto funcionario de Trump tacha de "ilusión" las fronteras de Israel

Un alto funcionario de la Administración de Donald Trump calificó este lunes de ilusorias las fronteras actuales de Israel, durante un debate sobre el decreto presidencial que levanta sanciones a Siria y los esfuerzos diplomáticos de EE.UU. para fomentar un acercamiento entre Tel Aviv y el nuevo Gobierno sirio.
"El trazado de las fronteras delineado en 1948, 1926, 1967 y 1974 es una ilusión, porque se basaron en hechos de aquel momento", afirmó el funcionario en declaraciones recogidas por The Hill.
Los años mencionados hacen referencia a los conflictos armados clave en la historia de Israel, como la guerra de Independencia (1948), la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kippur (1973), que supusieron ganancias territoriales para el Estado hebreo. De esa manera el funcionario respondió a una pregunta crítica sobre el reconocimiento por parte de EE.UU. de los territorios ocupados por Israel durante los conflictos bélicos.
Durante su primer mandato, Trump reconoció oficialmente la soberanía israelí sobre los Altos del Golán, territorio sirio ocupado desde 1967. Desde entonces, Israel ha reiterado que no contempla devolver esta región como parte de un futuro acuerdo de paz.

El funcionario insistió en que, en lugar de reabrir debates sobre límites fronterizos históricos, lo fundamental es generar confianza entre las partes en conflicto. "No se trata realmente de la línea en sí, sino de quién se amenaza y se enfrenta al otro lado de esa línea, y ese es el problema. No importa cuál sea la línea, si no hay confianza mutua por otro lado de la línea, esto va a continuar para siempre", subrayó.
Al explicar la visión de la Administración Trump sobre las futuras fronteras de Israel, el funcionario aclaró que no buscan definir límites, sino promover un entendimiento entre las partes, y que facilitarán ese proceso si es posible.
También puso en duda la sostenibilidad de los Estados-nación en la región y criticó la forma en que Occidente, en especial Europa, "desfiguró" Oriente Medio tras el colapso del Imperio otomano. Haciendo referencia al acuerdo Sykes-Picot, que repartió las zonas de influencia entre británicos y franceses después de la Primera Guerra Mundial, acusó "la mano fea de Occidente" de dividir la región. "El sistema de Estados-nación no ha funcionado bien", concluyó.
El funcionario incluso elogió el modelo otomano de gobierno, afirmando que, pese a tener una administración central, permitía cierto grado de autonomía regional, algo que, según él, podría servir de inspiración para nuevas formas de organización en Oriente Medio.