Brasil no es ni volverá a ser colonia de nadie y no acepta órdenes de gobiernos extranjeros, declaró este sábado el presidente del gigante sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, al dirigirse a su nación en víspera del Día de la Independencia.
"No somos ni seremos nuevamente colonia de nadie. Somos capaces de gobernar y de cuidar nuestra tierra y a nuestra gente, sin interferencia de ningún gobierno extranjero", manifestó. "Mantenemos relaciones amistosas con todos los países, pero no aceptamos órdenes de nadie", continuó.
"Gran desafío histórico"
Es ese contexto, el mandatario señaló que "Brasil tiene un solo dueño: el pueblo brasileño", prometiendo defender riquezas, medio ambiente, instituciones del país, así como la democracia, resistiendo "ante cualquiera que intente golpearla".
Lula da Silva también criticó, sin citar nombres, a los políticos brasileños que "incitan a ataques" contra su propia nación. "Fueron elegidos para trabajar por el pueblo brasileño, pero solo defienden sus intereses personales. Son traidores de la patria. La historia no los perdonará", enfatizó.
El presidente concluyó su discurso llamando a la unión en torno a lo que denominó "gran desafío histórico", asegurando que el Gobierno está "del lado del pueblo brasileño", comprometido con la democracia y la soberanía nacional. "Es hora de que todos nos unamos en defensa de lo que nos pertenece a todos: nuestra patria brasileña y los colores de nuestra bandera nacional", añadió.
- Las declaraciones del líder brasileño de producen en medio de la presión arancelaria de Washington. Así, el pasado 7 de agosto comenzaron a regir aranceles del 50 % para Brasil, que el presidente de EE.UU., Donald Trump, había anunciado un mes antes. El inquilino de la Casa Blanca justificó la medida alegando una relación comercial "muy injusta" y señalamientos hacia la Justicia brasileña por el caso que se le sigue al expresidente Jair Bolsonaro, en virtud de su implicación en una trama golpista
- Aunque Lula mantiene la disposición a negociar, autorizó un análisis para evaluar si se pueden tomar represalias ante los gravámenes. Además, para discutir los ataques de EE.UU. al multilateralismo, convocó una reunión de los BRICS de carácter extraordinario y virtual, que se celebrará el 8 de septiembre