Al cumplirse tres años de la explosión en el gasoducto Nord Stream, Rusia ha recordado que la línea que no resultó dañada en el sabotaje podría ser puesta en funcionamiento en cualquier momento.
"La línea restante existe y puede ponerse en funcionamiento de hecho ahora mismo. Es posible que se pueda reparar la línea volada. Aunque, en realidad, en el estado en que se encuentra, dañada, poco a poco se va deteriorando", afirmó el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

"En cuanto a quién está detrás de todo esto, creo que el hecho de que se haya detenido a un sospechoso concreto lo dice todo. Las respuestas a estas preguntas las deben dar quienes se encargan de la investigación. Los alemanes están llevando a cabo la investigación. Esperamos que esta investigación llegue a su fin", agregó.
Peskov también comentó la implicación de Washington en el sabotaje. "¿Quién, por así decirlo, lo ha consentido? Bueno, es obvio que sin el conocimiento de la Administración del presidente [Joe] Biden en Estados Unidos, tales acciones por parte de Ucrania y el régimen de Kiev habrían sido imposibles", denunció.
"¿Sigue sufriendo la economía alemana por el hecho de que la línea no funciona? La respuesta también es obvia para todos: sí, sigue sufriendo", dijo. "No tenemos la posibilidad de participar en la investigación, aunque nos gustaría mucho hacerlo. Pero todas nuestras propuestas han sido rechazadas. Esa es la situación", concluyó Peskov.
¿Quién es el culpable del sabotaje?
Las explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 ocurrieron el 26 de septiembre de 2022, desatando grandes fugas de gas en el mar Báltico. Posteriormente, los Gobiernos de Dinamarca, Alemania y Suecia se negaron a divulgar los resultados de su investigación sobre el hecho y desoyeron las peticiones de Rusia, que solicitó que se le permitiera participar en las investigaciones.
En 2022, Putin, declaró que, detrás de estos ataques, se encontraba alguien "capaz de organizar las explosiones técnicamente y que ya recurrió a ese tipo de sabotajes, y fue pillado con las manos en la masa, pero quedó impune", insinuando que detrás estaba Estados Unidos bajo el mandato del entonces presidente Joe Biden.
Desde Moscú denuncian, además, que Occidente intenta culpar a un grupo común de buzos ucranianos, a pesar de que un ataque de tal magnitud no podría haber sido perpetrado por aficionados. Sin embargo, en agosto la Policía italiana arrestó al ciudadano ucraniano Serguéi K., sospechoso de la voladura de los gasoductos.
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