El activista español de la Global Sumud Flotilla, Juan Bordera, quien regresó a su país tras estar días detenido en Israel, denunció el lunes en una entrevista para La Sexta las atrocidades cometidas por las autoridades del país hebreo durante su estancia en la cárcel de Saharonim, en pleno desierto del Negev.
Bordera afirmó que las vejaciones que sufrió junto a sus compañeros en la prisión suceden "día a día en Palestina" y que "no se debería tolerar que esto sea natural". Asimismo, detalló que, al negarse a hacer un conteo de celda, reclamando medicinas a las personas que las necesitaban, les apuntaron con "siete rifles teledirigidos a dos metros de distancia", al tiempo que los amenazaban con un perro con bozal.
Por otra parte, el promotor de la justicia en Gaza argumentó que un funcionario israelí firmó documentos haciéndose pasar por ellos y que recibió un fuerte golpe en las costillas por parte de un policía, temiendo que la situación de "agua insalubre", "comida caducada", "tensión", privación del sueño y "cero asistencia médica", pudiera haber "agravado aún más las posibles consecuencias".
El integrante del convoy que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, interceptado por fuerzas israelíes la semana pasada, comparó la cárcel en la que se encontraba con Auschwitz, el campo de exterminio nazi que acabó con la vida de más de un millón de personas durante la Segunda Guerra Mundial.
"Habrá que ir viendo con el tiempo qué circunstancias se van acumulando para asentar estos delitos de, como mínimo, tortura tanto psicológica como física que han sufrido todas las personas que han pasado por ese auténtico campo de concentración que está entre Guantánamo y Auschwitz, entre esos dos limbos, y ya no sabemos si está más cerca de uno o de otro", sentenció Bordera.
