El embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, afirmó durante su intervención en el Consejo de Seguridad de ese organismo que EE.UU. realiza provocaciones en el contexto de hostilidades contra el país suramericano para así presentarse como la parte agredida y escalar a un conflicto.
"El Gobierno de EE.UU., el agresor, requiere que su aparato de propaganda lo presente ante el mundo como el agredido para iniciar un conflicto armado", advirtió Moncada.
Durante su participación como país invitado ante el Consejo de Seguridad, el embajador venezolano denunció esa "peligrosa manipulación" y manifestó que su país no perderá "la serenidad en la defensa de la paz".
⚡️🇻🇪 VENEZUELA acusa a EE.UU. de "PRESENTARSE COMO EL AGREDIDO PARA INICIAR UN CONFLICTO"https://t.co/a1FQxTevOCEl país suramericano afirma que no perderá la "serenidad" frente a las provocaciones de Washington de los últimos meses. pic.twitter.com/mt3ZaElfbM
— RT en Español (@ActualidadRT) December 23, 2025
"Una amenaza"
En su opinión, la Administración estadounidense "representa una amenaza para toda la región, que desde 2014 se ha declarado zona de paz".
Moncada se refirió a acciones hostiles como "incursiones militares no notificadas en la región de información vuelo de Venezuela", lo que buscaría "generar un episodio de choque directo" y así "fabricar una provocación que les permita invocar falsamente el artículo 51 de la Carta de la ONU", que establece el derecho a la defensa legítima en caso de un ataque contra un miembro de ese organismo internacional.
Del mismo modo, acusó al Gobierno estadounidense de ser un "actor irresponsable" ante la comunidad de naciones que "pretende convencer al mundo de que la ley es para el estricto cumplimiento de todos, menos para el Gobierno de turno en Norteamérica".
Venezuela bajo el asedio de EE.UU.
Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene el mayor despliegue militar de las últimas décadas en las aguas del Caribe, con presencia sostenida de activos navales y aéreos. En un primer momento, Washington justificó esta operación bajo el argumento del supuesto combate al narcotráfico, responsabilizando sin presentar pruebas al Gobierno de Maduro, de contribuir a ese delito.
Con el paso de los meses, la narrativa oficial de Washington ha experimentado un giro previsible. Tal como había denunciado el Gobierno venezolano, el supuesto foco en el narcotráfico ha dado paso a un discurso abiertamente centrado en el control y la apropiación ilegal de los recursos energéticos del país suramericano, en un contexto de creciente presión económica y amenazas de uso de la fuerza. En las últimas semanas, EE.UU. ha incautado al menos dos buques petroleros, en un acto tildado por Caracas de "robo" y piratería".
La operación militar estadounidense también ha tenido consecuencias letales. Más de 100 personas han muerto como resultado de más de una veintena de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, sin que EE.UU. haya demostrado públicamente la vinculación de estas con actividades ilícitas.
Frente a estas acciones, Caracas anunció que acudiría este martes al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para denunciar lo que califica como agresiones militares de EE.UU. y una violación del derecho internacional.
Desde Rusia, en reiteradas ocasiones han expresado su apoyo a la nación suramericana y han hecho un llamado al pleno respeto del derecho internacional. Así, el presidente ruso, Vladímir Putin, en una conversación telefónica mantenida a principios de diciembre con su par venezolano, manifestó su "solidaridad con el pueblo venezolano" y "reafirmó su apoyo al curso del Gobierno" de Maduro, "orientado a defender los intereses nacionales y la soberanía en condiciones de creciente presión externa". También subrayó que Venezuela "merece absoluto respeto en su lucha legítima por la defensa de su soberanía e independencia".
De manera previa, el mandatario venezolano remitió una carta a los Estados miembros de Naciones Unidas, en la que alertó sobre "una escalada de acciones de extrema gravedad por parte del Gobierno de EE.UU.". En la misiva, advirtió que estas operaciones amenazan con desestabilizar a toda la región del Caribe y al sistema internacional en su conjunto.


