Rusia será "un país único donde se van a fabricar todos los componentes para aviones", ha declarado el vice primer ministro del país, Denís Mánturov, en entrevista con el periódico Védomosti.
La tarea de lograr autosuficiencia nacional en la aviación civil se volvió una necesidad crítica ante el complejo panorama geopolítico, agravado por las sanciones occidentales. "Para los vuelos al Lejano Oriente [de Rusia], la flota actual de aviones extranjeros es capaz de cumplir estas tareas, y probablemente seguirá haciéndolo. Pero, por supuesto, no se puede tomar esto como referencia", indicó Mánturov.
La industria de aviación rusa ya cuenta con aeronaves propias que permiten cubrir las rutas de media distancia. Dos aviones MS-21 están en fase de pruebas de certificación en el aeropuerto Zhukovski de Moscú, mientras los especialistas revisan sus "características aerodinámicas, sistemas de control, estabilidad y parámetros de vuelo en diferentes modos", así como todos los sistemas de a bordo, recordó el alto funcionario.
"En el MS-21 hemos sustituido cinco sistemas clave que hasta ahora no se habían desarrollado en Rusia. Se trata del sistema de movimiento de dispositivos hipersustentadores del ala, el sistema de suministro eléctrico con control digital, el sistema de alerta de amenazas externas, el sistema de control de los frenos del tren de aterrizaje y el sistema de aire acondicionado", explicó.
Además del MS-21, la aviación civil rusa espera el inicio de la producción de otros aparatos de fabricación nacional, el Sukhoi Superjet 100 (SSJ-100) y el Il-114, después de que también completen las pruebas de certificación, agregó Mánturov.
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