En opinión del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, EE.UU. presiona a algunos países latinoamericanos con el objetivo de expandir su territorio o apoderarse de sus recursos naturales.
"El objetivo de esa presión puede ser la expansión territorial, como lo que están haciendo ahora los estadounidenses con algunos países de América Latina. Puede ser por recursos subterráneos, como cuando, por ejemplo, ejercen presión para apoderarse de los recursos petroleros de tal o cual país", valoró Jameneí en una intervención pública.
Los estadounidenses buscan expansión territorial en América Latina. pic.twitter.com/jMxhJfcXiH
— Ayatolá Jameneí (@es_Khamenei) December 26, 2025
En este contexto, el líder supremo iraní destacó que la "resistencia nacional es resistir ante cualquier presión que el enemigo ejerza en algún aspecto de la vida humana para obligar a una nación a rendirse […], es mantenerse firme frente a esa presión".
Relaciones difíciles
En data reciente, el programa nuclear iraní ha sido el foco principal de las presiones de Washington contra Teherán. En junio pasado, fuerzas israelíes y estadounidenses bombardearon el país persa. El conflicto terminó tras 12 días, con la declaratoria de un cese al fuego.
La Casa Blanca asegura que está dispuesta a dialogar sobre la cuestión, pero exige que la parte iraní renuncie al enriquecimiento de uranio, una condición que la nación persa considera inaceptable.
"Apreciamos cualquier negociación justa y significativa, pero insistir en una política de enriquecimiento cero es contrario a nuestros derechos como miembro del TNP [Tratado de No Proliferación Nuclear], y significa que no están buscando una negociación justa", declaró el jueves el representante permanente de Irán en la ONU, Amir Saeid Iravani. Del mismo modo, añadió que su país "no cederá ante ninguna presión ni intimidación".
De otro costado, Irán se ha mostrado abiertamente crítico al despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, así como con la toma militar de tanqueros, la apropiación ilegal de crudo venezolano y las amenazas de Washington contra Caracas, toda vez que los Gobiernos venezolano e iraní mantienen nexos estrechos, lo que es cuestionado por el país norteamericano.
Venezuela bajo el asedio de EE.UU.
Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene el mayor despliegue militar de las últimas décadas en las aguas del Caribe, con presencia sostenida de activos navales y aéreos. En un primer momento, Washington justificó esta operación bajo el argumento del supuesto combate al narcotráfico, responsabilizando, sin presentar pruebas, al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de contribuir a ese delito.
Con el paso de los meses, la narrativa oficial de Washington ha experimentado un giro previsible. Tal como había denunciado el Gobierno venezolano, el supuesto foco en el narcotráfico ha dado paso a un discurso abiertamente centrado en el control y la apropiación ilegal de los recursos energéticos del país suramericano, en un contexto de creciente presión económica y amenazas de uso de la fuerza. En las últimas semanas, EE.UU. ha incautado al menos dos buques petroleros, en un acto tildado por Caracas de "robo" y piratería".
La operación militar estadounidense también ha tenido consecuencias letales. Más de 100 personas han muerto como resultado de más de una veintena de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, sin que EE.UU. haya demostrado públicamente la vinculación de estas con actividades ilícitas.
Este martes, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró una reunión de emergencia, tras la petición de Venezuela, que ha denunciado la escalada de agresiones de EE.UU. en su contra.
El representante permanente de Caracas ante la ONU, Samuel Moncada, denunció que las acciones de EE.UU. representan "la recolonización de Venezuela, de la reconquista de todo el continente". "Estamos ante la masiva violación de todo el derecho internacional y una moral e indecorosa propuesta que nosotros no podemos aceptar", precisó.
La posición venezolana fue respaldada abiertamente por Rusia, cuyo representante permanente ante la ONU, Vasili Nebenzia, advirtió que Moscú tiene "todos los motivos para creer que lo que en la actualidad está haciendo EE.UU. contra Venezuela no es una acción puntual: se trata de una intervención que podría convertirse en un modelo para futuras acciones militares contra otros Estados latinoamericanos".
Además, China, Colombia, Brasil, México, Nicaragua y Cuba manifestaron su apoyo a Caracas.


