Nicaragua celebra el 31 aniversario de la revolución inmersa en la pobreza
En Nicaragua festejan hoy el aniversario de la revolución de 1979, que puso fin a una de las dictaduras más crueles del continente latinoamericano.
Los eventos de hace 31 años serán recordados con un masivo acto que se realizará en una de las plazas centrales de Managua presidido por el propio Ortega, como máximo líder de Frente Sandinista (FSLN), y por la primera dama y portavoz del Gobierno, Rosario Murillo, y contará con la presencia de ex guerrilleros, simpatizantes del mandatario e invitados especiales como el presidente de Abjasia, Serguéi Bagapsh.
Además, en la celebración participarán más de 150.000 militantes sandinistas y jóvenes de familias de escasos recursos que recibieron del Gobierno viviendas, créditos, becas, asistencia sanitaria y educación gratuitas.
Para este día festivo el Gobierno de Ortega ordenó el asueto lunes y martes para empleados públicos, a pesar de las numerosas críticas de la oposición. Según informa la agencia EFE, la capital nicaragüense se vio cubierta por banderas rojas y negras, símbolos de la lucha del FSLN con la dictadura, y por gigantescos rótulos con la imagen de Ortega que enumeran los "logros de los 31 años de la revolución" y claman que la Revolución aún sigue "viva".
Los logros de la revolución
Ortega regresó a la Presidencia en el año 2007 con el objetivo de seguir con la Revolución que el FSLN lideró de 1979 a 1990 para acabar con la tiranía de Anastasio Somoza, alias 'Tachito', el último descendiente de la sangrienta dinastía que permaneció en el poder durante 42 años.
Tras el derrocamiento de Somoza, Daniel Ortega presidió junto a otros ocho militares el gobierno revolucionario socialista, prometiendo a los nicaragüenses una vida mejor, es decir, sin pobreza.
Según datos oficiales, en los últimos 30 años han sido construidas y entregadas a los pobres más de 71.000 nuevas viviendas, el estado de muchos de los inmuebles deteriorados ha sido mejorado de acuerdo con el denominado Plan Techo, elaborado por el Gobierno sandinista. Con ayuda de Venezuela e instituciones privadas la generación de energía fue ampliada de 760 a 1.000 megavatios. Desde el mes de junio alrededor de 130.000 trabajadores reciben 25 dólares mensuales como bono solidario.
Sin embargo, la pobreza no fue erradicada y, de hecho, afecta a la mitad de la población del país. El Gobierno actual ha recibido numerosas críticas por parte de la oposición que lo considera "autoritario". Además, los contrincantes de Ortega sospechan de su enriquecimiento ilícito y denuncian que suele beneficiar únicamente a sus partidarios, manejando los fondos de una cooperación venezolana destinados a financiar los proyectos del Gobierno.
Las encuestas demuestran que la mayoría de los 5,8 millones de habitantes de Nicaragua lamentan la situación de desempleo y la pobreza que persisten en el país, y se muestran decepcionados tanto con el Gobierno de Ortega como con la oposición política.