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Mineros italianos se encierran en una mina con 350 kilos de explosivos
Un centenar de mineros se han atrincherado en una mina de carbón al sureste de la isla italiana de Cerdeña, a unos 400 metros de profundidad, para protestar por el posible cierre de la explotación.
Para hacerse oír, los trabajadores de la empresa Carbosulcis decidieron encerrarse con 350 kilos de explosivos. Su protesta se produce en vísperas de la reunión que se celebrará en el Ministerio del
Desarrollo Económico a finales de esta semana para abordar la
controversia que se respira en diferentes empresas en crisis, entre ellas la suya.
De este modo los mineros piden que se desbloquee un proyecto de 200 millones de euros para realizar en la estructura un depósito para el almacenamiento de dióxido de carbono en colaboración con la eléctrica Enel, proyecto que podría garantizar sus puestos de trabajo.
"Estamos preparados para permanecer aquí hasta que tengamos una respuesta del Gobierno que asegure el futuro de la mina. Nos quedaremos indefinidamente", explicó Sandro Mereu, uno de los manifestantes.
A la pregunta de si se trataba de una amenaza [con los explosivos], otro minero señaló que no y que la situación por el momento estaba controlada, aunque apuntilló: "No querría que alguien perdiera la paciencia".
Estas mismas instalaciones ya fueron ocupadas por los mineros en 1984, 1993 y en 1995, cuando permanecieron encerrados cien días.
De este modo los mineros piden que se desbloquee un proyecto de 200 millones de euros para realizar en la estructura un depósito para el almacenamiento de dióxido de carbono en colaboración con la eléctrica Enel, proyecto que podría garantizar sus puestos de trabajo.
"Estamos preparados para permanecer aquí hasta que tengamos una respuesta del Gobierno que asegure el futuro de la mina. Nos quedaremos indefinidamente", explicó Sandro Mereu, uno de los manifestantes.
A la pregunta de si se trataba de una amenaza [con los explosivos], otro minero señaló que no y que la situación por el momento estaba controlada, aunque apuntilló: "No querría que alguien perdiera la paciencia".
Estas mismas instalaciones ya fueron ocupadas por los mineros en 1984, 1993 y en 1995, cuando permanecieron encerrados cien días.
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