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Opinión

Sin sumisión ni tutela: Latinoamérica redefine su rol en el tablero geopolítico

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Sin sumisión ni tutela: Latinoamérica redefine su rol en el tablero geopolítico

América Latina está redefiniendo su rol geopolítico, especialmente tras el incremento sostenido de su comercio con China durante la última década. Este proceso se ha acelerado debido a las políticas comerciales de EE.UU. bajo el segundo gobierno de Donald Trump, caracterizado por un enfoque proteccionista que ha llevado a la región a buscar alternativas económicas y geoestratégicas.

La política comercial autopoiética de Trump marca una especie de "enclaustramiento" de EE.UU. con respecto al mundo. Sin embargo, la excepción es con América Latina, ya que, si bien no hay variantes en cuanto a la imposición de aranceles, sí hay un reposicionamiento en el orden militar-territorial.

El expresidente español José María Aznar dijo recientemente en una entrevista que Trump era "expansionista en América y aislacionista en el resto del mundo", y, en esa dinámica, se evidencian las acciones que están desencadenando los funcionarios de la Casa Blanca.

En las últimas semanas, un conjunto de acontecimientos permite entender el sentido de la política estadounidense. El pasado 11 de abril, el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, firmó un memorando de entendimiento con el gobierno panameño, que incluye cooperación militar en su territorio y especialmente en el Canal de Panamá.

El secretario de Estado, Marco Rubio, también había firmado el 27 de marzo un memorando similar con el gobierno de Guyana. El 14 de abril, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, viajó a Argentina para dar un espaldarazo a la política de ajustes aplicada por el gobierno del presidente Javier Milei. El propio presidente de EE.UU., Donald Trump, recibió al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, una semana antes de las elecciones, un gesto que parecía darle  el impulso final. El jefe del Comando Sur, almirante Alvin Holsey, arribó a finales de abril a Ushuaia, al sur de Argentina, donde también hay disputas con China por su interés en las rutas bioceánicas y la conexión con la Antártida.

Todo el despliegue de EE.UU. va marcando la nueva cancha de confrontación que está aplicando Washington ante esta nueva era que se abre en el mundo.

Los tres presidentes que asistieron al Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) son bastante representativos del giro que sigue generando América Latina.

Así, a pesar de toda la presión del gobierno de EE.UU. y su discurso "anti-chino", recurrente en torno a todos sus funcionarios, 17 cancilleres y tres presidentes de América Latina asistieron esta semana a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con China.

En el encuentro, el presidente chino, Xi Jinping, adoptó un discurso centrado en el impulso a la infraestructura y la cooperación económica, tras anunciar inversiones por el orden de los 9.200 millones de dólares, lo que proyecta un incremento de la alianza en la región.

Los tres presidentes que asistieron como invitados son bastante representativos del giro que sigue generando América Latina.

La Celac en China

La protagónica participación de Colombia, liderada por su presidente Gustavo Petro, quien es también líder de la Celac, genera especial atención, ya que es el único aliado de Washington que mantiene la superioridad comercial estadounidense. Otros países alineados hacia EE.UU., como Perú y Chile, ya hace años que han dado un viraje hacia el mercado asiático.

Petro, al anunciar la firma de una "carta de intención" para unir Colombia a la Nueva Ruta de la Seda y proponer la construcción de una vía férrea, que permita el tránsito de mercancías entre el Pacífico y el Atlántico más allá del Canal de Panamá, muestra su interés en diversificar las relaciones y ver a China como socio de primer orden.

Los otros dos presidentes que asistieron, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Gabriel Boric, de Chile, también representan países muy simbólicos. En el caso del primero, se trata de la economía más grande de toda América Latina, y parte de una apuesta común en torno a los BRICS.

Se podría pensar que esta relación entre China y América Latina puede agrietarse por presiones de EE.UU. y sus operadores conservadores, pero lo cierto es que, hasta ahora, ese no ha sido el caso.

Chile, al igual que Colombia, asumía hasta hace varios años una alineación total con los designios comerciales de EE.UU., pero desde la década pasada, los gobiernos de todo signo han inclinado la balanza a vínculos prioritarios con China en el ámbito económico.

Se podría pensar que esta relación entre China y América Latina puede agrietarse por presiones de EE.UU. y sus operadores conservadores, pero lo cierto es que, hasta ahora, ese no ha sido el caso.

Los gobiernos de izquierda inicialmente establecieron y ampliaron los lazos comerciales con China, mientras que los de derecha han optado por no obstaculizar este comercio, reconociendo su importancia para el bienestar económico y la posibilidad de entrar en nuevos mercados.

Este comportamiento puede ilustrarse de mejor manera con el caso del presidente argentino, Javier Milei, quien, a pesar de plegarse al discurso "antichino" durante su campaña presidencial, rebajó el tono al llegar al poder, anunció un viaje al país asiático y ha firmado acuerdos con Pekín.

China está avanzando en América Latina mediante inversiones en infraestructura y el aumento de sus importaciones, mientras que EE.UU., bajo la actual gestión, está utilizando aranceles y amenazas militares para imponer sus designios.

Entonces, la cumbre ha sido un signo de independencia real de los gobiernos de América Latina que, más allá de posturas ideológicas, han decidido buscar un "lugar en el mundo", ya no solo en el terreno comercial, sino también en el geopolítico.

La Celac, con esta cumbre, afirma su posición negociadora con China y también deja la puerta abierta. Petro ya ha planteado una cumbre con EE.UU. y con la Unión Europea (UE), que tiene su propia alternativa a la Nueva Ruta de la Seda, llamada Global Gateway.

Ante el 'expansionismo' estadounidense pregonado por Aznar, América Latina sigue apostando a la diversificación de sus mercados y su beligerancia en las relaciones geopolíticas.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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