
Detalles escalofriantes de la muerte en el 'trono de fuego', la ejecución más cruel de la historia

A lo largo de la historia se han empleado múltiples métodos de tortura barbáricos para castigar y terminar con la vida de aquellos que se consideraba que habían hecho una falta. Algunos eran decapitados, otros colgados, arrastrados o descuartizados. Sin embargo, la mayoría de los historiadores concuerda que ninguna ejecución supera a la muerte de György Dózsa en el 'trono de fuego'.
György Dózsa fue un noble militar de Hungría a quien se le designó convocar voluntarios para una cruzada contra los turcos en 1514, logrando reunir cerca de 100.000 campesinos. El combate fue suspendido, pero los campesinos descontentos, sin comida ni ropa, comenzaron a expresar sus quejas sobre los terratenientes y se negaron a regresar a sus labores.
Con la intención de derrocar a la nobleza, Dózsa lideró a los campesinos en una revuelta en la que quemaron cientos de solariegas y castillos y asesinaron a miles de nobles. Pero la suerte les duró poco y, finalmente, fueron derrotados por János Zápolya, quien luego fue rey de Hungría.

Una muerte "increíblemente bárbara"
Después de ser capturado, Dózsa, que había recibido el apodo de 'rey campesino', sufrió una de las torturas y ejecuciones más crueles de la historia de la humanidad. Inicialmente, los nobles a los que planeaban derrocar organizaron una coronación simulada en la que lo obligaron a sentarse en un trono de hierro. Ese asiento lo calentaron hasta que estaba al rojo vivo, y a Dózsa le colocaron en la cabeza y la mano una corona y un cetro, también de hierro ardiente.
Seguía vivo tras una hora de calvario, y entonces fue derribado de su 'trono de fuego' para seguir con el siguiente paso de la tortura. Primero, asesinaron brutalmente a su hermano frente a él. Luego, lo reunieron con un grupo de sus seguidores que habían estado hambrientos por diez días y los obligaron a comer de su carne chamuscada. Aquel que se negara era ejecutado inmediatamente.

Finalmente, Dózsa fue asesinado y su cuerpo fue divido en cuatro pedazos, que se enviaron a diferentes ciudades para servir de advertencia. Mientras tanto, los campesinos fueron sometidos a un tratamiento aún peor, con un aumento de las horas de trabajo y la imposición de fuertes impuestos. El profesor Paul Freedman, historiador de la Universidad de Yale en EE.UU., dijo que la muerte de Dózsa fue "tan increíblemente bárbara que en toda Europa los contemporáneos se dieron cuenta", recoge Daily Mail.
Su historia se ha usado en diferentes representaciones artísticas, como la película de 1970 'El juicio' y la escultura 'Trono de fuego', expuesta en la Galería Nacional Húngara.
